Ha sido como ver una aparición, o como algo todavía más escalofriante. Como
un sustituto, como una réplica que no guardaba semejanza física con su molde pero
que coincidían en su trasfondo.
Y ha surgido de repente, como han venido haciendo casi todos los que
han pasado por ese aula, como aquejados de un extraño síndrome que les impide
llegar puntual a las citas. Y apenas ha hecho público su conflicto, todos, y yo
por encima de todos ellos, hemos pensando en lo mismo, en una misma persona. En
alguien que ya no está.
—Me llamo Juanpe y, bueno, todas las chicas con las que he estado dicen que
la tengo, bueno, bastante grande y eso. Yo también lo pienso, pero no sé.... Y
nada, que, bueno, aunque creo que estoy bien dotado pues no soy capaz de
satisfacerlas.
Jaime. Juanpe es una especie de Jaime. No diré que es una versión mejorada
pero sí que es cierto que albergo muchas más esperanzas de poder ayudarle que
las que sentía con el ausente. Juanpe, pese a padecer el mismo problema, ya de
partida demuestra tener otro carácter.
Está preocupado porque piensa que otras personas no quedan contentas cuando
están con él. Jaime habría sido incapaz de confesar algo así. Pueden tener algo en común
pero no es como Jaime. No es ni ligeramente parecido. Y menos mal.
—Te damos la bienvenida, Juanpe —lo he recibido yo—. Mira, ya hemos
tratado, o hemos intentado tratar, un problema similar al tuyo. Es alguien que
decidió no venir más pero en esencia su problema y el tuyo son iguales.
Ha sido al mentar de palabra a Jaime cuando me ha surcado por la frente un
atisbo de idea que sin yo saberlo me rondaba por esas alturas desde hacía
tiempo, en concreto desde que Jaime se nos unió. Era algo que tenía pensado para él pero que al marcharse ya no pude llevar a cabo.
Aun así, he dejado el anuncio para los postres.
Para nuestra fortuna, Juanpe no nos ha facilitado datos numéricos, que
tanto afean, sean al alza o a la baja, simplemente afirma tener un pene
bastante grande con el que no logra satisfacer a las chicas. En ningún momento
ha indicado que les haga daño a causa de su tamaño, por ejemplo. También en eso se distingue
de Jaime. Lo que parece ser que le ocurre con frecuencia es que, a pesar de
esforzarse en prolegómenos y preliminares, toda la que se acuesta con él no
disfruta, es más, algunas hasta parecen aburrirse, ha puntualizado.
—Y por supuesto nunca llegan al orgasmo.
Toda la sala ha clavados los ojos en Ana, quien, distraída, ha tardado un
rato en darse cuenta de lo que pasaba. Después, ha hecho una mueca rebosante de
apatía.
Juanpe asegura que no sabe qué hacer para mejorar; afirma que en cuanto las
chicas descubren lo que esconde entre las piernas se emocionan, algunas para
bien y otras para mal, y que tanto en unos casos como en otros él siempre se preocupa
por hacerlas sentir bien, en preparar todo para lo que vendrá después, y todas,
unas más y otras menos, terminan sintiéndose a gusto y dispuestas.
—Pero ni por esas. Y ya no sé cómo mejorar, es que no sé qué más hacer. Me
tomo tiempo, cada vez más; ellas parecen estar cómodas, entregadas, vamos que
las veo que se… que se ponen cachondas. Es algo que se nota, ¿no? Así que nada,
que o yo soy muy tonto o ellas fingen estupendamente.
Tampoco en eso Juanpe es como Jaime.
No es que llegásemos a averiguar si la primera baja de las reuniones
perseveraba a la hora de poner a tono a sus conquistas pero algo me decía que
no le pondría demasiado empeño.
Por otro lado, Juanpe no deja de ser como sus compañeros: son
contemporáneos, tiene 22 años, por lo que al menos en ese factor coincide con Jaime.
Y perteneciendo a la misma generación no le queda más remedio que cojear de la misma pierna, algo que ha demostrado en cuanto ha tenido ocasión.
Y perteneciendo a la misma generación no le queda más remedio que cojear de la misma pierna, algo que ha demostrado en cuanto ha tenido ocasión.
—Y por eso he venido a esto, a ver si me podéis dar algún consejo o decirme
que puedo hacer para mejorar porque ya no sé si es problema mío y de mi…
miembro o de las tías con las que me enrollo. No sé.
Juanpe tampoco sabe.
—Como te decía antes hemos tenido a un chico con un asunto parecido. Sé que te he
dicho que estabais igual pero conforme te explicabas me he dado cuenta de que
estaba equivocado —he empezado a exponer—. Y algo de lo que os diferencia es
que en tu caso aseguras que haces todo lo posible para que las chicas estén
cómodas. En ningún momento hablas de que el tamaño de tu pene les genere temor
o les haga daño.
—No, no, nunca les hago daño. Ya no. Eso me pasaba las primeras veces,
cuando empecé a acostarme con tías pero aprendí rápido la lección. No está todo
hecho con tenerla grande.
—Es una lección esencial pero no por eso sencilla de aprender. Te felicito.
Ahora bien, si el tamaño no es el problema, no consigo ver dónde puede radicar…
—Yo ya he dicho todo lo que tenía que decir. Le pongo ganas, parece que
todo va sobre ruedas pero a la hora de la verdad…
—Derrapas.
— ¿Derrapo?
—Era por seguir con el símil de las carreras y la velocidad y… Está bien,
olvídalo. Antes de que tus compañeros puedan ofrecerte algún consejo, voy a
saltarme por un momento la dinámica establecida y voy a mandarte una tarea.
—No jodas. ¿Me vas a mandar deberes?
—Sí pero descuida, no son para que los hagas en casa. Son para que los
hagas aquí.
— ¿Aquí?
—Y ahora.
Entonces le he preguntado a Juanpe que si tenía el número de teléfono de
alguna de las chicas con las que ha estado.
—No he estado con ninguna. Seriamente no.
—Me conformo con que te hayas acostado con ellas. ¿Tienes el número de alguna?
—De varias, sí.
Le he pedido que, vía móvil, por mensaje, le explique donde está, que es lo
que está haciendo y que le pida una valoración detallada de la relación que mantuvieron.
— ¿Crees que podrías lograr que alguna de esas chicas viniese? —le he preguntado después, yendo varios pasos más allá en mi propuesta.
— ¿Venir aquí?
—Eso mismo.
—Lo veo chungo pero por intentarlo…
—Inténtalo tanto como puedas. Podemos extraer ayuda muy valiosa de sus
testimonios y mejor escucharlo en directo que a través del teléfono. Antes de
que te pongas al lío, todos tus compañeros van a contarte que razón les empujó
a acudir a estas reuniones, ¿de acuerdo? En cuanto acaben puedes empezar a
hablar con tus chicas. Luego dará comienzo la 2ª reunión general. SIGUIENTE CAPÍTULO: 2ª REUNIÓN
7f9270c0-0508-3af2-a973-d3a7d8908241
No hay comentarios:
Publicar un comentario